El sábado fue un día tranquilo, ya el cierre oficial de las dos semanas y el templo había sucedido la noche anterior y todos estabamos ocupados empacando. Yo claramente me demore un reeeesto empacando porque simplemente así soy, pero puse buena musica y fue una pequeña fiesta latina en el piso de arriba mientas empacabamos. De a poquitos fueron yéndose algunos. Un grupo se quedaba y salia esa noche a sus diversos destinos y otro grupo nos iriamos a Ream National Park. Tres se fueorn temprano y los otros tres (eventualmente 4 cuando recogimos a un amigo alemán de Nadine) salimos por la tarde. No hubo lágrimas hoy, solo abrazos con sonrisas.
Llegamos al parque nacional Ream como a las cinco de la tarde, pura selva frente a una bahía muy tranquila. La noche la pasamos echados en los sofas mirando la bahia, escuchando la lluvia caer. Un grupo grande de personas que viven en Phnom Penh estaba ahi, incluyendo tres chicas que estuvieron en el templo los primeros días así que fue un buen reencuentro y probablemente nos veamos este fin de semana que esté en la ciudad. Jugamos “Warewolf” y a la cama a las 10:30 (tardísimo para nosotros).
La lluvia me despertó en varias ocasiones pero logré despertarme a las seis y media para una horita de yoga con Nadine y Rachel. La lluvia no era muy fuerte pero no paraba, no se veía el horizonte, así que apenas a las 11 pudimos salir a pasear en kayak. Remamos como hora y media, entrando por manglares hasta que el grupo ya estaba un poco cansado así que nos regresamos. Esa tarde se iban los de Phnom Penh así que nos despedimos de mas personas del templo (Sarah, Dee y Sophie). Lentamente nos íbamos separando en grupos mas y mas pequeños. El resto de la tarde nos la pasamos en los sofás, leyendo, hablando, haciendo mini siestas, comiendo. Full modo vacaciones.
El lunes el clima amaneció un poco mejor. No hice yoga pues me trasnoche hablando con Panamá y me di la mañana para descansar pues igual llevaba ya una semana madrugando a practicar. Aprovechando el no-tan-mal clima, salimos a caminar por la selva. Es chistoso que tanto el clima como el ambiente se parece tanto a Panamá. Cosas que yo doy por sentado a otros los sorprenden. Por ejemplo, la noche anterior apareció una luciernaga y para dos de los que estaban ahi (un holandes y una inglesa) era la primera vez que veían una. La selva parecía estar caminando por Gamboa, aunque menos tupido pq el camino era grande como para que cupiese un carro. Llegamos a unas casas y regresamos pues no había mucho mas que ver y los perros del hostal nos acompañaron y ya le estaban buscando pelea los perros del pueblo.
En la tarde dos mas se fueron, Dylan y Michelle, y repetimos el día anterior…echados en los sofás, disfrutando de la vista, comiendo, leyendo. Rachel y yo salimos a caminar y recoger basura (1 bolsa de arroz (grandota) = 1 cerveza). Ninguna de las dos esta tomando así que la verdad lo hicimos por recoger basura. Alimenté a las chitras (lo estoy pagando hoy) pero logramos recoger muchísima basura. Es muy triste la situación de la basura en este país y de verdad que me ha abierto mucho los ojos a la dimensión del problema de polución que existe en el mundo.
Hoy amanecimos tempranito e hicimos nuestra hora de yoga. Es una excelente manera de empezar el día, da mucha energía..espero seguir haciendolo estando sola. Eso sí, estamos acostumbradas a 2h por lo que la hora se pasa muy rápido y quedamos con ganas de más. Nos alistamos, desayunamos y salimos en un tuk tuk (que después nos transfirió a un carro) para recoger nuestras maletas en el templo y venir a Sihanoukville a esperar el ferry. En media hora salimos hacia Koh Rong Samloem, una isla a 1h de distancia en ferry, a desconectarnos unos días. El jueves debo viajar a Kampot donde estaré 2 noches antes de llegar a Phnom Penh a recibir a mi prima (YUPEE!!). Así que, estando totalmente desconectada de internet, señal de cel, y energía (solo un par de horas a la noche), nos “vemos” el jueves.
Gracias a los que han estado pendientes de mi viaje. Después de la publicación del viernes he recibido muchos mensajes hermosos que me tienen el corazón con una sonrisa enorme. Me da mucha felicidad sentir que el proceso que estoy viviendo puede ayudar a los demás y que quizá puedo inspirarlos o darles ese empujoncito que a veces hace falta para que miren hacia adentro, y decidan enfrentarse con esas cosas que a veces vamos escondiendo bajo capas de sonrisas.